
El pasado 9 de junio, Claudia Gutiérrez y Marta Ramírez, participaron en un webinar en el que presentaban la siguiente pregunta: ¿cómo migrar de lo presencial al e-learning? Considerando que la educación presencial ha sido parte de nuestras vidas por mucho tiempo, al pensar en el e-learning se nos vienen a la cabeza una serie de ideas preconcebidas. Es por esto que Claudia y Marta hicieron una encuesta para saber qué opinan los posibles participantes (en un rango de 19 a 65 años) de cursos e-learning en relación con los siguientes cinco mitos:
Mito 1: No hay como las clases presenciales para aprender
Más del 50% de los encuestados afirmó estar de acuerdo o muy de acuerdo con este enunciado, es decir, favorecen las clases presenciales sobre entornos virtuales de aprendizaje.
Mito 2: Si no es posible la interacción con el profesor/relator se reproduce el individualismo
Solo el 41% de los encuestados está de acuerdo o muy de acuerdo con este enunciado. Lo que nos demuestra que menos de la mitad cree que el individualismo se genera en ambientes virtuales de aprendizaje.
Mito 3: Los contenidos son de baja calidad en el e-learning
Este es uno de los mitos que más fuerza tiene en relación al e-learning, pero el 73,5% de los encuestados confirmó estar en desacuerdo o muy en desacuerdo con este enunciado.
Mito 4: No me puedo concentrar en clases e-learning
La concentración suele ser un factor importante cuando hablamos de aprendizaje y, también, suele tener factores externos como el entorno en el que nos encontramos cuando nos disponemos a comenzar un curso. Por esto, menos del 30% afirmó estar de acuerdo con este enunciado.
Mito 5: Hay un bajo impacto en el aprendizaje
Finalmente, casi el 60% de los encuestados respondió que estaba en desacuerdo con este mito. Esto nos confirma que aquellos que han realizado un e-learning (o están cursando uno) estiman que sí es posible un impacto positivo en el aprendizaje.
Tomando en consideración estos cinco mitos, y las respuestas recibidas, las expositoras concluyen que el aprendizaje online tiene una valoración positiva y, por esto, presenta un desafío: crear un entorno de aprendizaje que logre satisfacer las necesidades y cumplir las expectativas de los usuarios.
Pero, ¿qué sostiene algunos de estos mitos?
La respuesta es sencilla: no se cuidan elementos básicos que aseguran el aprendizaje. Un ejemplo muy claro, y lamentablemente un error muy común, es enviar una presentación de powerpoint como recurso e-learning. El error está en asumir que las diapositivas van a entregar todo el conocimiento necesario en vez de considerarlas por lo que son: una guía o un apoyo para el profesor/relator. Si un estudiante solo ve la presentación, pero no tiene la explicación del profesor, el aprendizaje estará limitado a lo que se presenta y a las inferencias que el lector/estudiante pueda hacer de la información.
Por lo anterior, es necesario entender algo: el e-learning se apoya en tecnologías de la información y la comunicación; y la mediación se hace a través del diseño instruccional, el diseño gráfico y el diseño multimedia, ya que al no contar con la mediación del profesor se debe confiar en otros medios.
Considerando lo anterior, para pasar de una formación presencial a una online necesitamos realizar una reingeniería de la didáctica que resguarde todo el proceso para mantener el foco en el aprendizaje. Para lograr esto, Claudia y Marta identifican 7 claves en la migración de actividades presenciales a entornos virtuales, elementos que contribuyen a generar un entorno diferente de aprendizaje.
1. Toma del requerimiento
En primer lugar es necesario hacer un levantamiento de la información que implica conocer al cliente y al usuario final, así se puede diseñar el mejor entorno de aprendizaje. Si el cliente es una empresa, hay que conocer sus objetivos estratégicos y su cultura organizacional. Sobre el usuario final, hay que saber los atributos y características diferenciadoras (perfil etario, rol en la organización, qué conocimientos ya tiene, su nivel de formación y su nivel de digitalización). En relación al contenido, necesitamos saber los pilares de este y cuáles son los términos fundamentales que se deben abarcar.
2. Definición de los objetivos de aprendizaje por competencias.
Hay que identificar los objetivos de aprendizaje e identificar para qué serán utilizadas las habilidades que se busca aprender (si solo necesita recordar o también interpretar y asociar los términos. O si debe poner en práctica). Se llega desde una perspectiva de competencias.
3. Organización del contenido
Para lograr una buena organización del contenido, se debe considerar una matriz o estructura que considere los objetivos de aprendizaje.
4. Diseño de actividades de aprendizaje.
Es importante hacer que el usuario final sienta que tiene el control de este espacio, pero no hay que exagerar con la interactividad. El contenido debe ser entregado de manera efectiva y favoreciendo el aprendizaje, por lo que debe existir coherencia en cada actividad y estas deben estar ligadas a los diferentes objetivos de aprendizaje.
5. Definición del modelo de evaluación
Saber por qué el cliente pide un determinado curso con determinadas características y cuál es la causa principal de necesitar esta solución de aprendizaje es importante. Hay que establecer el impacto del proceso de formación y aprendizaje, por lo que necesitamos conocer los objetivos y las expectativas. Generamos instrumentos de evaluación sumativa o de diagnóstico tomando como base los focos principales que necesitamos cubrir.
6. Gráfica acorde a la didáctica
El diseño instruccional va de la mano con el diseño gráfico y multimedia. Son los principales mediadores en los entornos de aprendizaje virtuales o e-learning, ya que al no contar con un profesor o interlocutor el estudiante debe encontrar toda la información presentada de forma clara para poder adquirir el conocimiento por su cuenta.
7. Escoger el mejor soporte
Hay que tener presente cómo podemos garantizar la usabilidad de un determinado recurso. Algunos soportes virtuales son mejores que otros, pero todo depende del requerimiento, el foco, los contenidos, etc. Para escoger el mejor soporte, hay que tomar como base las expectativas del cliente, el grupo usuario y las características de la cultura organizacional.
Desafío de las 7 claves
El desafío, y principal objetivo, que tienen las siete claves mencionadas es crear un entorno virtual de aprendizaje tanto o más enriquecedor que un entorno presencial de aprendizaje. Ocupar de la mejor forma los recursos con los que se cuenta y crear un curso que cumpla con los requerimientos del cliente es importante, pero siempre se debe tener en mente que el usuario final está en el centro de todo el proceso y no debemos olvidar que es un sujeto de aprendizaje que está en una cultura organizacional.
El aprendizaje es una experiencia personal, por lo que hay que configurar el espacio de aprendizaje para que el usuario sienta que tiene el control de dicho entorno.